CORO
Tuya es la gloria, victorioso Redentor, Porque tú la muerte venciste, Señor. Amén.
Vemos que llega el resucitado ya; Ansias y temores él nos quitará. Que su iglesia alegre cante la canción: ¡Vivo está! ¡La muerte pierde su aguijón!
¡Ya no dudamos, Príncipe de vida y paz! Sin ti no valemos; fortaleza das. Más que vencedores haznos por tu amor, Y al hogar celeste llévanos, Señor.